Desde los albores de la existencia de la humanidad el ser humano, quizás inspirado por la creación diáfana y prístina a su alrededor, se vio impelido a plasmar belleza y armonía en su vida diaria. De esta manera nace el arte en lo cotidiano. Todo lo utilizado era además de funcional, bello y armonioso. Las formas seguían un orden natural acorde con todo lo que lo rodeaba.
El ser humano es un artista aunque lo ignore. La necesidad de transformar en arte lo visceral y lo emocional es innata en el hombre pero, lamentablemente, la mayoría de las personas ha relegado esta necesidad porque lo urgente les impide, en muchas oportunidades, hacer lo importante. De este modo la existencia se torna más gris, monótona, tediosa y triste, hasta llegar a la depresión y la angustia.
Cada creación equivale a una hermosa flecha clavada en el cielo, que conecta con la naturaleza superior de cada uno, permitiendo que el dolor y el sufrimiento se transformen en una bella manifestación artística, misteriosa y palpitante de vida. Se crea a través de la danza, el canto, la música, la pintura, la escultura, la escritura... TODO.
La capacidad creativa nos conecta con el niño interno, para el cual no existen los imposibles. Volvamos a ser niños para encontrar el sentido de nuestra existencia y lograr la plenitud.
Prof. Silvia Koppen
Energoterapeuta
Argentina
